jueves, 17 de abril de 2014

Para siempre, Gabo.


Perdidas las musas , la inspiración y la fuerza de voluntad , me obligo a escribir por respeto, porque no puedo dejar pasar que hoy uno de mis ídolos ya es una estrella en el cielo . Inigualable genio de la historia de la literatura mundial , uno de los poquísimos , casi el único , creo , escritor que me ha hecho releer sus novelas , nos ha dejado . Cuando tuve en mis manos "Memorias de mis putas tristes", ya sabía por la prensa que aquella sería la última . Nadie podrá igualar nunca el realismo mágico, el don de los adjetivos que nunca agobian, los adverbios que no sobran, la palabra justa, estudiada y escrita con tanta sencillez como fuerza.

Sé de memoria , a fuerza de releerlo , el comienzo de "Crónica de una muerte anunciada". La fuerza con que empieza es inmensa , te obliga a seguir el relato que sabes desde la primera frase cómo va a terminar :
"El día que lo iban a matar , Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo . Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna , y por un instante fue feliz en el sueño , pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros ."

En "Cien años de soledad", me quedo con las soberbiamente resumidas 469 páginas en una frase insertada en un párrafo , algo a lo que jamás podríamos aspirar a saber hacer casi ninguno de nosotros , simples mortales , ésta es para mí la frase que describe la grandiosidad de este hombre :

Aureliano no pudo moverse . No porque lo hubiera paralizado el estupor , sino porque en aquel instante prodigioso se le revelaron las claves definitivas de Melquíades , y vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y el espacio de los hombres :
El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas .

Solo he querido recordarlo como buenamente sé , aunque jamás  le olvidaré , porque Don Gabriel, Gabo , estará para siempre en el lugar más querido de mi biblioteca .
Gracias por haber existido y descanse en paz .

martes, 15 de abril de 2014

Hasta otra...


Hola amig@s. Tengo que deciros a los que entráis en el blog a ver qué chorradas he escrito últimamente , que me despido hasta mejores tiempos . Estoy bloqueada , no puedo pensar en nada entretenido . Me paso horas mirando mis apuntes, pasando de una a otra de mis dos novelas a medias , y al final cierro el ordenador enfadada y triste. Mi cabeza está en blanco.
Además de que estos dos últimos meses escribir era un suplicio físico también . Hace dos meses, me puse a arreglar el jardín para la primavera y el verano. Trasplanté rosales ante la puerta, sembré pensamientos, geranios, crisantemos y claveles. Las rosas han muerto, y las flores no nacerán siquiera . Porque no he vuelto a regarlas, y las flores sin cuidados y cariño se mueren , y yo , por desgracia , no soy el Principito , que estuviera donde estuviera , siempre regresaba a regar su rosa amada y ponerle la campana de cristal para que no le diera el frío de la noche . Aunque si alguna sobrevive, aunque yo ya no lo vea, habrá valido  la pena el haberme dislocado el codo en un lugar donde nadie lo iba a agradecer . Bueno , ni siquiera creo que nadie viera las flores más que yo... pero son flores...
Solo tengo ganas de estar en mi pequeña cala escondida , cuando no hay nadie y solo las olas rompiendo contra las rocas me susurran cosas que no comprendo, pero que me tranquilizan . Es mi infancia , que está allí , y allí vuelvo como siempre , cuando necesito soledad , pero la compañía y el olor del mar .
Hasta más adelante , si puedo volver a escribir .
Adiós y sed valientes en la vida . Lo único seguro , es que el sol saldrá cada mañana , día tras día .

jueves, 10 de abril de 2014

Chopin - Preludio en re bemol mayor Op 28 Nº 15 "Gota de Agua"



Hoy he llevado fotos a imprimir. Muchos años guardadas en una carpeta, esperando un momento que nunca llegaba. No era tan importante, siempre podía esperar. Al fin, el momento ha llegado. Cuando se hicieron muchas de ésas fotos, eran "mis fotos", "nuestras fotos". Al volver a casa, me he encontrado haciendo cuatro montones con ellas. Porque el tiempo ha pasado, y solo quedan las fotos para recordar una familia que ahora son cuatro individuos. Cada cual quiere las suyas. Y si en alguna coincidimos, que tire de ella quién más la desee...
Cuando Chopin escribió este preludio, en La Cartuja de Valldemossa, estaba solo en su celda . Aurore y los niños habían salido a correr aventuras bajo la lluvia . Fréderic, enfermo, febril y deprimido, esperaba su regreso, atormentado por las voces, los fantasmas, y la gota de agua que caía sin cesar en un cacharro de cocina.
De esa tarde de tormenta, del sentimiento de soledad y tristeza, salió esta romántica pieza.

Ni siquiera tras su muerte, aquella historia de amor tuvo más recuerdo que lo que de ella escribió George Sand, escondiendo su relación ilegal tras un pseudónimo, y una supuesta amistad. El único retrato de los -en un tiempo enamorados-, realizado por Delacroix, fue cruelmente cortado y expuesto en dos museos diferentes, en diferentes países. Una historia de amor tan grande, que dio frutos como ese preludio, y como "Un invierno en Mallorca", se acabó para siempre tras la tormenta .
He visto las dos partes del cuadro, y las dos veces he sentido una punzada de pena. Y a cada uno le he dado un beso de parte del otro. Por lo que fueron un día .


miércoles, 9 de abril de 2014

Los gatos dan mala suerte



Esta mañana me he despertado a medias entre el suicidio y el intento de asesinato. Es una mala forma de empezar el día, de verdad. Suena fatal, pero la explicación es peor.
Mi linda gatita, cada mañana al salir el sol, se sube a mi cara, la patea, la empujo, y salta a la mesilla de noche. Entonces, empieza a restregar su hociquito por la lámpara, empujándola hacia mí hasta que me la tira encima. Antes lo hacía con el móvil, el reloj, los kleenex... pero como caían al suelo, buscó algo más contundente: la lamparilla de noche.
Yo ya estaba desesperada, no sabía qué hacer. Es que, encima, es la única que me queda, porque la del otro lado de la cama ya la rompió hace unos meses, pantalla y bombilla, al no acertar la cama y empujar hacia el suelo, y casi nos mata a todos de un infarto.
Mi gran idea de anteayer fue que, antes de que rompiera también ésta, la cambiaría por un cubo de cristal mazizo que tengo en una cómoda y que nunca enciendo, así que toda feliz, ayer por la mañana, con un ojo abierto, espiaba a la gatita subida al cubo sin saber qué hacer, y yo me reía sola, y mi error ha sido confiarme. Esta mañana, tras el pisoteo de cara, riñones y todo lo que le dé por pisar, (por cierto, carente de cualquier ronroneo o cariñito), me he vuelto tranquilamente. Es que eran las 7 de la mañana... y lo siguiente, ha sido notar algo que me rozaba la oreja y rebotaba en la almohada:
¡El cubo!
Ahora entendéis lo del suicidio o asesinato... si me encuentran muerta de un lamparazo, ¿quién va a sospechar de la gata???
Y realmente, hubiera sido un suicidio, porque la lámpara la puse yo ahí, sabiendo que esa gata no es una gata, sino un engendro del demonio... aunque luego le dé besitos, si, lo reconozco...
Por supuesto, esta mañana se ha quedado sin su bol de leche.
Lo mismo me pasa con todo en la vida. Ahora estoy escribiendo aquí hackeando mi propio blog, porque no hay manera de entrar desde ayer, y he tenido que buscar una puerta por el sótano para entrar.
Patético.
Ya sé que tres cosas hay en la vida, y a mí me falta de las tres, pero la tercera, es algo que lo cuentas y no se lo cree nadie. 
A los 15 años, me enamoro de un alcohólico drogata que 25 años después me sigue dando mala vida.
El segundo "hombre de mi vida", 14 años más tarde, resultó ser gay, y yo era tan inocente en materia masculina que tardé meses en saber por qué le gustaban más los perfumes a él que a mí.
Y el tercero ha tardado nueve años en darse cuenta de que un artista no sabe vivir en pareja y que ya no me quiere, porque la convivencia ha sido un desastre... 
Y mi gata intenta asesinarme con el único artilugio de Ikea que no es de cartón ni plástico desmontable.
Eso sí, este ha sido el primer caso de intento de asesinato en la historia en que a la víctima le ha dado un ataque de risa sincera. Debo ser una bruja, porque sigo adorando a la puñetera maltratadora matutina.
Luego la gente usa despectivamente el apodo "loca de los gatos", pero es que l@s que tenemos gatos somos de una pasta especial. 
No voy a decir que es que nos gusta que nos traten mal, porque los perros tampoco se merecen normalmente al tipo de persona que tienen por "amo", "compañero", o como quieran llamarse. Mucho "te quiero perrito", pero yo me fijo en cómo los tratan día a día. 
En fin, a buen entendedor, no sé muy bien lo que digo.

martes, 1 de abril de 2014

Pues vale, hablaré de mí...



Es casualidad, pero desde hace una semana, no hace más que salirme por todos lados información sobre cómo debo y no debo hacer las cosas. Por lo visto, este blog es demasiado impersonal, si no tengo más seguidores es porque aparte de copiar fragmentos de lo que escribo como un anuncio publicitario, nadie encuentra en él nada que le diga algo sobre mí. 
Pues bien, son las 2'30 de la madrugada, y, como tantas noches, estoy escribiendo. Es la mejor hora para mí. Y hoy me he decidido a hacer caso a los consejos, tanto de bloggers expertos como de amigos que me han hecho reflexionar sobre que en ésta forma de vida, no puedo vender mis "productos", sin contar qué clase de persona se esconde tras ellos. 
Sin florituras ni dramatizaciones. Además, contaré lo que me salga de las narices. 
Soy una persona de grandes, grandísimos contrastes en mi vida. No sé por qué, pero yo disfruto poco de los colores del arco iris. En mi vida hay cosas o muy buenas, o muy malas. En medio, poca cosa.
Por ejemplo, fui una niña muy feliz, (qué frase tan manida), y, a los quince años, el mundo se volvió del revés, y ya no quedó nada. Ni el polvo. 
Tuve que dejar los estudios, aunque lo intenté hasta dos años más tarde, pero era imposible. 
Volví al instituto a los 29, y los profesores me animaban a seguir, a estudiar una carrera, pero las circunstancias me obligaron a quedarme con un auxiliar de enfermería. 
Como contraste a lo que me trasladó en el tiempo de los 15 a los 29 años, con lo cual yo nunca fui una joven, esa época no ha existido en mi vida, tuve dos hijos que compensaron con creces todas las cosas malas de mi vida. 
El dolor, el cansancio, el llanto, todo quedó compensado. 
Me quedaron secuelas de por vida, pero después de sobrevivir, debería importarme muy poco lo que la gente que no me conoce juzgue de mí. 
Eso fue un problema durante mucho tiempo. El rechazo de la gente, más o menos descarado, la baja autoestima, incluso la compasión de los bienintencionados me convirtieron en alguien que rehuía las relaciones sociales. 
Pero hay que llegar a los 40 para que realmente no te importe una mierda lo que digan o piensen los demás, os lo aseguro. 
Después de doce años trabajando en la profesión que buenamente pude conseguir robando horas a todo, un día todo explotó. 
La crisis laboral, (dos años cobrando con cuentagotas cada dos o tres meses y mentiras de los jefes) se unió a una personal. Me vi trabajando en un lugar que odiaba. A personas que apreciaba les contestaba mal, en casa lloraba, me puse muy enferma y cada dos por tres estaba de baja. Llegué a pensar cosas horribles, estaba hipocondríaca, y todo era psicosomático. 
También tengo secuelas de eso, contracturas crónicas, y una artrosis mecánica (significa de forzar las articulaciones más de lo que debes). 
La artrosis es lo peor. Ya no podré volver a trabajar en según qué puestos, y mis dedos me hacen avergonzar a veces, porque están retorcidos e hinchados. En cualquier entrevista de trabajo, con 42 años y viendo mis manos, en cuanto salgo tiran mi currículum a la basura. 
Como sabéis, me encanta escribir. Y lo que más me gustaba era llenar libretas y libretas con una letra preciosa que me encantaba a mí misma, y más que la gente me lo dijera . Ahora, solo puedo escribir la primera línea. La segunda empieza a tener tirones en las letras, y a la tercera, mis dedos se agarrotan y tengo que parar. Es una suerte vivir en la época de los teclados...
Ese es uno de los motivos por los que, cuando me quedé en paro, encontrando trabajos esporádicos, retomé la escritura, y mi familia y amigos me animaban a intentar escribir como medio de ganarme la vida. 
Al principio, todo era entusiasmo y horas de trabajo. Poco a poco, fui conociendo el mundo editorial, y al final me he dado cuenta de que para ser escritora y ganarse la vida, no vale una puñeta que escribas cosas buenas o malas. Es que tienes que vivir en un determinado ambiente, ser una persona en concreto... o nunca te van, no a editar, sino ni siquiera a leer. 
Pero este es mi blog, y me dicen que me dé a conocer, que cuente quién soy, y qué sentido tienen éstos párrafos o parrafadas que escribo y que algunas tienen docenas de visitas, la mayoría porque comparto cada entrada en Facebook, pero que no aumenta en seguidores públicos. 
Es que hay blogs buenísimos, súper profesionales, y yo ni siquiera sé casi nada de informática para hacerlo atractivo. 
Así que espero que a los curiosos, os haya gustado lo que he escrito hoy, y que no dudéis en preguntar lo que queráis, sobre lo que escribo, por qué escribo sobre terror, o misterio, o si queréis, sobre mí misma. A eso responderé quizás con reservas..
Ya sabéis que se puede comentar de forma anónima, ni yo puedo saber quién ha sido, (a no ser que sea mi hermana, claro).
Si seguís mi blog, si me comentáis o preguntáis, a lo mejor me animo un poco. Aunque sea para decirme que pensáis que soy una gilipollas. ¡¡Tengo una altísima tolerancia a la frustración!!. Me estoy pasando de sincera, pero a estas horas y con el diazepam no se puede esperar mucho más... aunque a lo mejor aún me tomo un café y me pongo con el segundo capítulo de mi nueva novela... bona nit!